- Fomenta la interacción entre tu bebé y tú.
- Ayuda a tu bebé a relajarse y dormir.
- Afecta de manera positiva a las hormonas infantiles que controlan el estrés.
- Reduce el llanto.
Aunque se necesita más investigación, algunos estudios también indican que el masaje infantil que incluye una presión moderada puede promover el crecimiento de los bebés prematuros.
¿CUÁNDO DAR MASAJES A MI BEBÉ?
Si masajeas a tu bebé poco tiempo después de las comidas puede vomitar, espera al menos 45 minutos después de alimentarlo. También ten en cuenta el humor de tu bebé. Si el bebé te mira y se ve tranquilo y calmo, quizás disfrute el masaje. Si, en cambio, gira su cabeza para no mirarte o se pone tenso cuando lo tienes en brazos, ese podría ser un mal momento para hacerle masajes. Una vez que empiezas con los masajes, depende de ti cuándo lo harás y con qué frecuencia. Puedes masajear a un recién nacido una vez al día. Un bebé un poco mayor quizás disfrute un masaje nocturno como parte de su rutina para ir a dormir.
¿CÓMO DAR MASAJES A MI BEBÉ?
El masaje infantil necesita un poco de preparación y algunas técnicas básicas. Para empezar:
- Crea un ambiente calmo. De ser posible, haz el masaje en un lugar cálido y silencioso, dentro o fuera de la casa. Quítate las joyas. Siéntate cómodamente en el piso o en la cama o párate junto a la mesa donde cambias los pañales y pon a tu bebé sobre una manta o toalla frente a ti. Coloca a tu bebé de espaldas para que puedas hacer contacto visual. A medida que desvistas al bebé, dile que es hora del masaje.
- Controla la fuerza de tus manos. Cuando comiences a masajear al bebé, hazlo suavemente. Sin embargo, evita hacer cosquillas a tu bebé, ya que puede molestarle.
- Despacio, aprieta y masajea el cuerpo de tu bebé. Puedes comenzar colocando a tu bebé sobre su estómago y masajeando durante un minuto distintos lugares, como su cabeza, cuello, hombros, espalda superior, cintura, muslos, pies y manos. Luego, pon a tu bebé de espaldas y, durante un minuto para cada uno, extiende y flexiona cada brazo y pierna del bebé y luego ambas piernas y ambos brazos al mismo tiempo. Finalmente, con el bebé de espaldas o boca abajo, repite los movimientos de masaje durante otros cinco minutos.
- Mantente relajado. Habla con el bebé durante el masaje. Puedes cantar o contar una historia. Intenta repetir el nombre del bebé y la palabra "relájate" para ayudarlo a liberar tensiones.
Observa cómo responde tu bebé. Si tu bebé mueve los brazos y se ve feliz, es probable que esté disfrutando el masaje y que puedas continuar. Si tu bebé mueve la cabeza para no mirarte o se ve agitado o infeliz, detén el masaje e inténtalo de nuevo más tarde.